Las superficies acristaladas merecen una especial atención en las tareas de limpieza, especialmente industrial ya que la primera impresión que se lleva un cliente al visitar las estancias de la empresa es muy determinante. Eso sí, limpiarlas no resulta sencillo pues se trata de superficies delicadas que requieren mucha atención para no dejar huellas, marcas o manchas. En este artículo vamos a presentarte las claves para la limpieza de superficies acristaladas presentándote desde los tipos de útiles que puedes usar hasta las características deseadas de los productos químicos que se usen para tratar los cristales.
Lo más importante, el detergente
Existen muchos tipos de productos para limpiar los cristales. Nos referimos a útiles como bayetas, rascadores, etcétera. Sin embargo, ninguno de ellos daría buenos resultados si no se apoya en un detergente de calidad y que contenga lo necesario para retirar los residuos de la superficie mientras la deja brillante y con buena aspecto.
Se le puede llamar de manera genérica a los productos que se usan para la limpieza de superficies acristaladas detergentes químicos aunque dentro de éstos hay muchos tipos con composiciones diferentes. Podríamos decir que, en general, están elaborados para ofrecer un secado rápido y no dejar residuos. Los más avanzados pueden incluir fórmulas antivaho o antiestáticas para alargar el tiempo en el que el cristal permanece limpio, o lo que es lo mismo, para retrasar la aparición de la humedad. Hay algunos limpiacristales que incluso tienen etiquetas ecológicas.
Una vez que hemos elegido el mejor detergente químico para la limpieza de superficies acristaladas, es momento de escoger los materiales con los que aplicar este detergente o con los que tratar adicionalmente los cristales para conseguir el resultado esperado.
Materiales que se pueden usar para el tratamiento de los cristales
Bayeta de microfibra: Puede usarse tanto en seco, como en húmedo y sus resultados son muy buenos. Generalmente se usan también para limpiar el polvo y todo tipo de estancias porque tan solo con un poco de agua son capaces de retirar una gran cantidad de suciedad.
Soporte y tampón: se trata de soporte telescópico que puede alargarse y acortarse para conseguir la medida que necesitamos y que en su parte extrema tiene un rectángulo en el que hay una tela de microfibra para limpiar los cristales. Es idóneo para la limpieza de superficies acristaladas que se encuentran en altura.
Máquina limpiadora de cristales: No deja gotas ni franjas como podría pasar con algunos materiales como los mangos ergonómicos para limpiezas manuales, aunque eso sí, son algo más caros. Es inalámbrica por lo que su rendimiento está limitado por la autonomía de la batería.
Mango limpiacristales ergonómico: Es barato, lo que representa su principal ventaja. Sin embargo, puede dejar franjas y algunas gotas, razón por la que quizás deba complementarse su uso con un paño de microfibras.
Rasqueta: Está diseñada para retirar la suciedad incrustada en el cristal sin llegar a dañar la superficie. No es un sistema de limpieza completo en sí, sino un complemento para residuos que no pueden retirarse con otros métodos.
Una gran variedad de sistemas de limpieza adaptados a cada necesidad
Estos son los sistemas de limpieza para superficies acristaladas más comunes, sin embargo, en el mercado podemos encontrar todo tipo de curiosas y avanzadas soluciones que usan las empresas de limpieza . Por ejemplo, cepillos a los que van conectados una pequeña manguera desde donde se expulsa agua y jabón para limpiar la superficie del cristal. Luego puede terminarse la limpieza con un mango económico convencional o una máquina de limpieza de cristales.
Hay sistemas parecidos a éste último pero que, en lugar de incluir un cepillo, incluyen un paño de microfibra o algún otro elemento que permita tratar la superficie de manera suave. Un sistema muy usado, por ejemplo, en el hogar aunque también puede usarse en pequeñas oficinas y en la limpieza de comunidades, entre otros edificios, es el Mojador Evolution de Vileda, un sistema ideado para mojar y lavar las superficies de cristal sin goteos. Para aumentar el nivel de limpieza, se integra una banda abrasiva lateral para retirar los residuos incrustados. Por otra parte, tiene un sistema de articulación que le permite adaptarte plenamente a cualquier superficie. Sin embargo, aunque ofrece un sistema de limpieza muy bueno, no resultará demasiado efectivo para superficies muy amplias y con mucha suciedad.
En el caso de pequeñas oficinas, como decíamos, estas soluciones pueden funcionar muy bien pero cuando se trata de superficies acristaladas que se encuentran integradas dentro de industrias o edificios de gran tamaño, lo ideal es recurrir a soluciones más sofisticadas que permitan una limpieza efectiva y rápida. En muchos casos, este tipo de limpieza exhaustiva se consigue con la combinación de varios materiales: un buen detergente con efecto antiestático, una rasqueta, un sistema de limpieza de cristales con telescopio para llegar a todos los rincones y un paño de microfibras para las pequeñas franjas o gotas que puedan quedar.
Es importante recordar, por último, que sobre todo a la hora de limpiar superficies acristaladas en altura se sigan las normas de seguridad correspondientes para evitar accidentes. Puedes echarle un vistazo a nuestra guía de prevención de riesgos laborales en el sector limpieza aquí si quieres obtener más información sobre este tema.