Una de las cosas que más desmejora la estética del hogar o de cualquier objeto es la presencia de óxido. Quienes más sufren sus consecuencias son las personas que viven cerca del mar ya que el salitre tiende a ir deteriorando poco a poco las propiedades el metal. ¿Quieres conocer algunos trucos efectivos para eliminar el óxido? Mantente atento a los siguientes párrafos.
Cómo eliminar el óxido con remedios caseros
Para eliminar el óxido no necesitas comprar caros productos, te sorprenderá saber que apenas con lo que tienes en casa puedes hacer maravillas. Por ejemplo, el vinagre blanco será uno de tus mejores aliados si lo tienes a mano. Para disfrutar de sus beneficios, tendrás que remojar el elemento que quieras tratar en él durante varias horas y luego, frotar el óxido para retirarlo. Si el óxido se muestra difícil de sacar puedes alargar el tiempo de exposición a 24 horas o simplemente pasar al siguiente método.
Para éste necesitarás contar con una lima y sal. Se trata de rociar el área oxidada con sal de manera que quede cubierta totalmente y después exprimir una lima por encima. Deja que esta mezcla actúe durante unas tres horas antes de frotarlo y luego usa la cáscara de la lima para retirar la mezcla del metal.
¿No tienes lima? Puedes probar este truco con bicarbonato. Consiste en mezclar el bicarbonato con agua hasta que esté espeso. Cuando se haya hecho la pasta, déjalo que se asiente un buen rato y luego frótalo. Puedes hacerlo con un cepillo de dientes para que te resulte más sencillo.
¿Y si te dijéramos que con una patata y un poco de lavavajillas también podrías eliminar el óxido? Pues sí, basta con que cortes la patata por la mitad y que cubras la parte sin cáscara con jabón. Luego pasa la patata por el metal y deja la solución actuar durante varias horas. Si quieres volver a realizar la aplicación, usa la otra mitad de la patata y si no tienes jabón, también puedes usar bicarbonato.
Otras formas de eliminar el óxido menos caseras
Para retirar el óxido puedes usar infinidad de herramientas aunque no todas caseras o naturales como las que te hemos recomendado. Por ejemplo, para los casos más graves, el ácido oxálico funciona genial aunque hay que tener mucho cuidado a la hora de manipularlo. También puedes usar un convertidor de óxido o alguna herramienta para raspar el óxido. Lo ideal es que pruebes con alguno de los trucos caseros que te hemos dado al principio y si notas que no funciona en tu caso, entonces podrás recurrir a algo más fuerte y químico que encontrarás en cualquier ferretería o establecimiento especializado.